
La danza es vida, en su expresión más genuina y enamorada de su propia existencia. La danza del vientre es una delicia, no tiene edad para comenzar ni terminar de bailarla, ni exige tener ninguna forma de cuerpo o de pensamiento. La danza del vientre es tan diversa como mujeres (u hombres) la sienten y expresan. La danza del vientre pide nada más a su bailarina el anhelo profundo de conectar desde su cuerpo y su alma con la música que sostiene su danza, de volverse parte de ella, perdida y encontrada entre el acordeón y los violines.
TESTIMONIOS
"Las clases me encantan, asimismo poder ir aprendiendo, además de la danza, la historia que hay detrás de ella. Cada día amo más bailar, me cuesta pero me fascina".
Barbara Navarrete, 2020
"Cuando se te mete la danza en el cuerpo no te la sacas más. Cuesta, pero con la práctica se pueden hacer cosas muy lindas. Y más aún con una profe que entrega lo mejor de si a sus alumnas".
Macarena James, 2019
"Es una gran experiencia, me relaja, me desconecto del estrés, de los problemas, y además me ayudó mucho en mi elongación ya que la clase es super completa así que la recomiendo totalmente"
Catalina Gallinato, 2019
"Sentir y expresar la música a través del movimiento le dieron una energía extra a mi ser. A través de la danza puedo exteriorizar el sentir de mi alma. Agradezco infinitamente el amor y la dedicación que Samira le pone a cada una de sus clases".
Maribel Perez, 2019
"En una clase en particular, sentí una energía en el vientre que activaba toda la zona que, hasta ese momento, sentía bloqueada emocionalmente. Pude sentirme otra vez libre, liviana y abierta, a través del movimiento fluido reconciliada con mi sensualidad".
Melissa Araya, 2018
"Me encantan las clases son tan geniales, te llenan de buenas vibras. Además una puede llegar a cosas que jamás imaginó. Me encanta la danza del vientre y la danza en general".
Angelina Monsalve, 2018